- benedictinas
- 01/11/2023
- 10:40
EVANGELIO DEL DÍA DE TODOS LOS SANTOS: Mt 5,1-12
Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros».
COMENTARIO
Este texto es el que mejor resume las aspiraciones del corazón de una transformada por el encuentro con Jesucristo. Impresiona a todos sean o no cristianos. Y ¿por qué? Porque resume las aventuras del cristiano, el camino heroico que emprende todo seguidor de Jesucristo y que le llevará a la felicidad plena.
No es un camino fácil, sino contracultural, de choque, motivo de escándalo para hombres y mujeres de todo tiempo y lugar. Ataca frontalmente al ego caprichoso que todos llevamos dentro.
Jesús, en este texto, se manifiesta como el gran profeta escatológico y hace una proclamación profética de cómo es el reino de Dios. Todas las marcas de la felicidad son completamente contrarias a lo esperado; son mucho más que normas morales o lemas para vivir. Son señas de identidad que nos identifican como cristianos cuando la gente nos ve y ve cómo vivimos.
(Sor Ernestina)