- benedictinas
- 24/12/2023
- 11:07
¿Te gusta que te interrumpan? Seguro que no. Es bueno que te acostumbres; Dios lo hace en la vida de las personas. Las interrumpe.
María era una mujer como las de hoy. Dios se presentó en su vida interrumpiendo sus planes. Probablemente era como todas las jóvenes de su tiempo, una más. En ese contexto habitual, tiene lugar un encuentro fuerte con Dios, en su actividad. Así lo dice el texto: «entrando el ángel», en lo que estaba ella, en lo suyo, en lo que hacía corrientemente.
Lo que perturba a María es el saludo del ángel: «Llena de gracia, el Señor está contigo».
Dios ve en María algo que desconocía o no percibía de sí misma. Nosotros no sabemos mirarnos como Dios nos mira.
María recibe la noticia de que su vida va a cambiar completamente: va a dar a luz al hijo de Dios.
Ella interpone sus dudas: ¿Cómo será eso? Porque humanamente no es posible. Pero sí por obra del Espíritu Santo.
A María le dice: Mira, todo va a cambiar en tu vida; ya no vas a ser la misma.
Y ¿por qué ella dice «Sí»? Porque entiende que ese plan tan desconcertante que se le presenta viene de Dios.
También nosotros recibimos interrupciones constantes en la vida; se nos ofrecen oportunidades de crecer y mejorar. Y, entonces, podemos decir como María adelante con tu proyecto, Señor; cambia mi vida como mejor te parezca. No sé cómo va a salir todo; pero, como es tu voluntad, sé que el final será con una gran alegría para mí.
(Sor Ernestina)