- benedictinas
- 19/02/2023
- 14:49
«…Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto». (Mt 5, 38 – 48)
La cuestión está en ser perfectos. En el original griego la palabra utilizada es «teleios» que no significa «perfectos» sino «llegar a la meta, al completo desarrollo«. Por tanto no se trata de no equivocarse nunca y hacerlo todo bien sino de llegar a la plenitud de nuestra identidad.
¿Con qué fin? Unicamente para ser una bendición, una fuente de vida para los demás.
La gente que seguía a Jesús no podía ni imaginar que les hablara un día de amar a los enemigos. ¡Impensable para un judío! Sin embargo Jesús lo hizo, rompiendo con la tradición de la Sagrada Escritura.
En las relaciones humanas hay una gran variedad. Unas pueden ser difíciles y hostiles, todos lo hemos comprobado. Pero este texto nos dice que esto no debe determinar nuestro comportamiento. Lo característico del cristiano es amar al enemigo, y amarlo como Dios ama.
Esto no significa transformarnos en una víctima. Es una acción libre y creativa de una persona que elige hacer siempre el bien y que elige actuar desde su identidad, desde lo que es. No se trata de que sintamos ante el enemigo simpatía o cariño – nos está haciendo daño con su forma de ser – sino de distanciarnos de una postura de venganza y de odio.
Esto nos debe venir de nuestra experiencia de Dios, de ser hijos. Solo somos hijos de Dios si lo demostramos con nuestras acciones.
Y para este amor encontramos la fuerza necesaria en la gracia que empezamos a recibir desde el momento de nuestro bautismo.
Rosa María
Dios mío dame la gracia de poder perdonar, ni odio, ni venganza, sólo paz y amor.
Alejarme del mal y de quienes quieran hacerme daño, protégeme y no me abandones nunca.
Ernestina Álvarez
Muchas gracias por el comentario
Un abrazo grande